sábado, 23 de mayo de 2009

Agradecimiento

En estos días he dado en estudios para jóvenes en diferentes lugares la ilustración de Jesús de los dos deudores.
La historia cuenta que Jesús esta comiendo en casa de un fariseo cuando llego una mujer de mala fama. Esta mujer se postro a los pies de Jesús, lloro en sus pies, los seco con su cabello, besos sus pies y por ultimo hecho perfume sobre él.
El fariseo critico esta acción desprestigiando a Jesús y obviamente a la mujer por lo que estaba haciendo y a Jesús por aceptar lo que ella estaba haciendo.
Jesus entonces le cuenta que habían dos deudores, uno debía una gran cantidad y otra una pequeña. Al que le debían hizo el acto de perdonarles la deuda de los dos. Jesus le pregunta al fariseo que quien creía el que iba a estar muy agradecido, y el contesto: "el de la deuda mas grande".
Con esto me detengo en la reflexión. Porque mi corazón hasta este momento no soporta mas y necesito analizar en mi vida estos aspectos de ser agradecido con Dios, porque no cabe duda, yo soy el deudor que debía una gran cantidad de dinero. Mi corazón sé que debe ser como el de esa mujer que se acerco a Jesús que no le importo lo que hizo, sino que simplemente estaba agradecida.
¿Y cómo he sido? Como el deudor que siente que la deuda que se le perdono es muy pequeña, o como el fariseo engreído que se creía mas que esa mujer, y que no fue digno de tratar a Jesús mas que como un simple invitado.
Realmente yo no quiero vivir una vida como si yo le hiciera un favor a Dios. Realmente quiero disfrutar cada aspecto de cada culto porque estoy agradecido. Realmente quiero dar todo mi tiempo, hablidades y recursos que tenga en servicio a Dios porque estoy agradecido. Realmente quiero escoger obedecer su palabra porque estoy agradecido con El.
La deuda que Dios me ha quitado es mucho. Y quiero siempre vivir así. Agradecido!!!!
¿Y tu como has sido?

jueves, 21 de mayo de 2009

Dios Misterioso

¿Quién eres? ¿Cómo eres? ¿Dónde estás? ¿Qué quieres de mí? ¿Hablas? ¿Callas? Podría hacer preguntas y más preguntas, y cada respuesta me parecería pobre, incompleta, insuficiente… A veces pienso que podías habérnoslo puesto un poco más fácil, podías hablar de modo más claro, hacerte presente sin dar espacio a la duda, o revelarte con claridad, por aquello de que definitivamente entendiésemos el evangelio. Sí, claro, decimos desde la fe que al final lo entenderemos todo, te veremos cara a cara, y todo eso. Pero, como decía Don Quijote a Sancho; “largo me lo fiáis…” Hay ocasiones en que me enerva tanto Misterio…

1. Nunca te conozco del todo...

Mi corazón te dice: “Yo busco tu rostro, Señor, no me ocultes tu rostro.” (Sal 27,8)

Esta es la primera lección importante. No recuerdo cuándo la aprendí, pero alguna vez me di cuenta de que el Dios al que rezaba de pequeño no bastaba. Y tampoco bastaban las respuestas un poco temerarias del adolescente que creía saberlo todo. Alguna vez te das cuenta de cuánto ignoras acerca de Dios. Entonces toca empezar a preguntar de qué va eso del amor. Y la cruz. Y lo de ser hermanos. Y lo de dar la vida. Y por cada respuesta que uno intuye brotan mil nuevas cuestiones. Entonces te preguntas por qué hay mal (y descubres que se lo ha preguntado tanta gente a lo largo de los siglos). O intentas entender eso del perdón, y de las bienaventuranzas… Pero es todo tan distinto a lo que vivo a diario. Tan distinto a lo que veo en torno, que me cuesta entenderte, Dios.


¿Qué conozco de Dios? ¿En qué dudo? ¿Qué siento? ¿Qué intuyo? ¿Qué me inquieta? ¿Soy capaz de buscar respuestas o lo de la fe lo vivo con inercia?

2. Y encima me descolocas...


“¿Por qué, Señor, te quedas lejos, y te me escondes en los momentos de peligro?” (Sal 10,1)

Cuando creo tenerte bien controlado. Cuando creo que ya sé de qué va tu evangelio. Cuando siento que mi vida, más o menos, va encontrando su lugar. Y algo ocurre y de nuevo me doy cuenta de que he entendido muy poco, he respondido muy poco y necesito seguir buscando. Cuando quiero llevar las riendas tú me las quitas. Cuando quiero dejarme llevar, me urges a dar pasos. A veces rezo y no estás por ninguna parte, y otras, cuando ni te estaba buscando, apareces. ¿Juegas conmigo o es que toca aceptar que desbordas un poco? Y, sin embargo, prefiero seguir buscándote que ignorarte. Prefiero que estés en mi vida, aunque sea de esta manera, a convertirte en una imagen hueca. Prefiero tu amor difícil que una presencia vacía. Pero hazte un poco fuerte en mi vida…

¿Qué es lo que más me cuesta aceptar de Dios? ¿Qué es lo que más me descoloca de vivir la fe?

miércoles, 20 de mayo de 2009

Ligeros de equipaje

Cuántas cosas vamos acumulando en la vida. Memorias, proyectos, historias, objetos, actitudes… Está bien, ¿no? Es señal de vivir, de no quedarte con los brazos cruzados. Pero en parte ocurre como con el armario o las estanterías de la propia habitación. Que como no despejes de vez en cuándo terminas sepultado por libros, ropas, objetos varios… Así que, aunque cueste, de vez en cuánto toca hacer limpieza general y tirar por la ventana (metafóricamente) todo lo que sobra. Para quedarse con lo importante.

1. Fuera!!!!

"El Señor aborrece de corazón: ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal" (Prov 6, 16-18)

Qué gusto da tirar por la borda unas cuantas cosas de esas que estorban. Fuera las comeduras de tarro que no conducen a ningún sitio. Los enfados y rencores duraderos, fuera también, que se gasta demasiado tiempo rumiando rencores y heridas. Fuera el miedo a los juicios de los presuntuosos o de los que se creen perfectos. Mandemos también al garete el orgullo si nos impide pedir ayuda, y la murmuración que solo hace daño. ¿Y qué decir del egocentrismo que a veces le hace a uno sentirse el centro del mundo? Que se vaya para no volver. Patada a la ingratitud, que demasiadas veces me impide darme cuenta de tanto como tengo. Para, más liviano, poder seguir caminando ligero de equipaje.

¿Qué tendría que quitar de mi equipaje? ¿De qué tendría que descargarme? ¿Qué es lo que me estorba o me hace mal en la vida?

2. Dentro!!!

“No niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano hacérselo” (Prov 3, 27)

En cambio habrá que aprovisionarse de buenas dosis de humor. Unas cuantas raciones de cariño, que bastante sequedad y dureza hay por ahí. No hay que dejar marchar la esperanza de que el mundo mejore, cerca y lejos. Conmigo tendré que llevar también valores, metas, sueños, proyectos… Dentro la familia. Y los amigos. Y los que necesitan mi ayuda (que no falte). Dentro la alegría, también de noche. Los abrazos. El tiempo para conversar. Una oración, de vez en cuándo, que me recuerde que no estoy solo. Un buen libro que me ayude a abrir la mente. Una canción para poblar los silencios. Dentro el deseo de lo bueno, la capacidad de perdonar y la humildad para nunca dejar de aprender.

¿Qué es lo más valioso en mi equipaje? ¿Qué más pondría “dentro”?

lunes, 18 de mayo de 2009

FLAQUEZA EVANGELICA

Encontre esto en una pagina web y decidi subirlo a este blog, espero que puedas reflexionar al leerlo.

¿Cómo llamarme cristiano cuando a veces me descubro tan alejado de Dios, tan egoísta con la gente, tan frío en la fe? ¿Cómo hablar de amor cuando a veces mi corazón alberga desprecio o indiferencia? ¿Cómo amar a un Dios que a veces se me oculta? Pareciera que para vivir el evangelio hay que ser gente virtuosa, paciente, buena, sólida, firme, coherente a ultranza… ¡Vamos, un mirlo blanco! Parece que hay que tenerlo todo claro, o al menos tener muy claro lo esencial. Pero en realidad esa es una de las paradojas del evangelio. Descubrir en nosotros una debilidad fecunda, una flaqueza invencible, una contradicción sedienta de algo firme. Y ahí, en esa tormenta, avanzar sin rendirse, sabiendo quién nos sostiene…

1. No se trata de ser mediocres
“Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes predican a sueldo, sus profetas adivinan por dinero; y encima se apoyan en el Señor diciendo: ¿No está el Señor en medio de nosotros?” (Miq 2, 11)
Que ahí está la trampa: Justificar, en nombre de la debilidad tan humana, el vivir un poco a medias. No somos perfectos, y jamás lo seremos. Somos limitados, pecadores y muy frágiles. Pero eso no ha de convertirse en un canto la mediocridad o a la tibieza. ¿Y en qué consiste esa tibieza? El amor sin raíz. La fe sin preguntas ni Dios. Los encuentros sin historia. Las fachadas sin trastienda. Los errores sin importancia. Las palabras sin contenido real. Los verbos que solo se conjugan en primera persona. El juicio sin misericordia. A veces uno tiene que examinarse y exigirse un poco en la vida. ¿Dónde tengo que crecer yo? ¿Cuáles son mis “tibiezas”?

2. Se trata de ser humanos
“Yo le dije: “¡Ay, Señor mío! mira que no se hablar, que soy un muchacho”. El señor me contestó: “No digas que eres un muchacho, que a donde yo te envíe, irás, lo que yo te mande, lo dirás. No tengas miedo, que yo estoy contigo” (Jer 1,6-7)
Humanos en la debilidad. No exigirnos una perfección irreal. No mitificar nuestras capacidades ni querer ignorar lo contradictorio de nuestras vidas. Aceptar que el amor a veces duele. Que el compromiso a veces cuesta. Que habrá días en que la generosidad no asoma por ninguna parte, y episodios en que las lágrimas campen a sus anchas. Se trata de darse cuenta de que la propia vida no es un cuento infantil, sino más bien una historia con la complejidad de las historias humanas, con alegrías y tristezas, con aciertos y errores, con preguntas y respuestas (y alguna que otra pregunta sin respuesta). Eso sí, sabiendo que en esa debilidad, y en Dios, somos fuertes de un modo bien diferente.
¿Cuál es mi debilidad, tan humana, en la manera de vivir el evangelio? ¿Soy capaz de acoger con tranquilidad esas dos caras de la vida?

martes, 12 de mayo de 2009

el amor se demuestra

1 JUAN 3:1-18

Parece que todo barrio tiene un borrachito oficial. El barrio donde vivo no es la excepción. Siempre lo vemos caminar en nuestras calles, estar sentando en las esquinas, pedir un peso a los transeúntes.
Mi esposa casa vez que tiene la oportunidad le da de comer. Le sirve en un plato la comida que se prepararó, le sirve refresco y tortillas. Él le ruega por dinero y ella le dice: "lo que necesitas es comer, necesitas tener fuerzas para que puedas tener valor para salir del alcoholismo".
Somos hijos de Dios, nosotros amamos a Dios, le conocemos. Juan nos diría que así es, pero tenemos que demostrarlo.
¿Pero cual es el asunto que a veces no lo demostramos? Es porque el ser hijos de Dios parace que fuera algo irrelevante. Parece que comparado con un título de Licenciatura, valiera mas el título de Licenciatura que ser Hijo de Dios. Parace que valiera mas las ganancias y la loca competencia de los negocios que el ser hijo de Dios. Parece que todo lo que el mundo da tiene mas valor que el ser hijo de Dios. Por lo tanto, no lo demostramos y mucho menos invitamos a otros a ser hijos de Dios.
1 Juan 3:18 da una declaración muy valiosa a todos los cristianos y es esta: "Miren, Dios el Padre nos ama tanto que la gente nos llama hijos de Dios, y la verdad es que lo somos".
Lo mas relevane en este mundo que puedas tener es que eres: Hijo de Dios.

domingo, 3 de mayo de 2009

TIEMPO DE CRISIS

Por Fredi Arreola

Texto: Hechos 4:5-12 (incluir todo el capítulo)

Enfoque: La historia de Pedro y Juan ante el concilio del Sanedrín revelan algunas respuestas posibles ante la crisis.
Función: Animar a la congregación a un análisis espiritual y buscar de Dios su fortaleza en oración.
Introducción
1. Hace algunos años se nos vino una crisis para la cual no estábamos preparados. Tal parece que los factores ya estaban preparados de antemano y se dieron cita para uno de los peores escenarios que nuestra congregación tenía que vivir. Aún recordar aquellos días me hacen sentir incómodo.
2. Pero los tiempos de crisis, como se nos ha enseñado de las tradiciones chinas, contienen “peligro” y “oportunidad”. Qué hacemos en tiempos de crisis determina el resultado que sigue a una crisis. Más de una vez he aconsejado a hermanos cuando sufren, por ejemplo, alguna muerte o la noticia de alguna enfermedad fatal: “No añadan a la crisis que tienen, otra”.
3. Con esto en mente, a mí se me hace hasta providencial el que este domingo venga en el Leccionario Hechos 4:5-12, porque la iglesia primitiva enfrenta su primera crisis: los apóstoles Pedro y Juan son llevados al concilio y se les intimida para que dejen de predicar el evangelio. Lo que la iglesia hizo y lo que los apóstoles hicieron es una luz para nuestro sendero.

Primera Tarea Describir las circunstancias de la historia y las respuestas tanto de la iglesia primitiva como de los apóstoles

1. La historia bíblica nos ofrece algo de trasfondo. Jesús ha ordenado a sus discípulos a permanecer en Jerusalén hasta ser investidos con el poder del Espíritu Santo, una promesa que se había dado por el Padre y que el Hijo haría una realidad.
2. Diez días después de la ascensión se celebraba el Día de Pentecostés. Estos días los discípulos (120 de ellos) están todos unánimes juntos. Lo que hicieron durante su tiempo de espera es orar. El Día de Pentecostés el Espíritu Santo desciende sobre todos ellos y la iglesia nace, como ahora la conocemos. Pedro se levanta para predicar y 3, 000 personas se convierten.
3. El siguiente evento que el médico Lucas nos narra es la curación de un cojo. Uno pudiera pensar que este milagro traería un despertar espiritual del pueblo, pero no es así. Lo que ocasiona es el encarcelamiento de Pedro y Juan. Esta historia es la primera de muchas de conflicto entre el cristianismo y las autoridades.
4. ¿Por qué Lucas escoge narrarnos esta historia? ¿Qué espera lograr a través de ella? Una de las primeras cosas que podemos notar es que el impacto de esta recién nacida iglesia es enorme. El número de los varones que creyeron era como cinco mil. Esto preocupó mucho a las autoridades. Por lo cual, deciden encarcelar a los apóstoles e intimidarlos.
5. La respuesta que tenemos viene con el sello siguiente: “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo”. Es importante observar estos señalamientos del narrador porque en todo tiempo quiere enseñarnos que la respuesta a la crisis no proviene de nosotros, sino de Dios. Otra posibilidad que se puede considerar aquí sería: “Entonces Pedro, lleno de temor...” Pero Pedro está lleno del Espíritu.
6. Segundo, la confesión tiene que ver con Jesús. Aquí encontramos uno de los textos más conocidos y que alguna vez aprendimos de memoria. ¿Quién no recuerda Hechos 4:12? “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Una confesión como ésta, tan temprano en la iglesia primitiva, es de notar.
7. Jesucristo sigue siendo el centro de todo testimonio. No es Pedro, no es Juan, sino Pedro lleno del Espíritu Santo quien confiesa y confronta las autoridades que están intimidándolo. Si como decíamos el domingo pasado, qué sale de nuestra boca indica de qué estamos llenos, una crisis es una de esas cosas que saca exactamente lo que está en nuestro corazón.
8. A mí me ha llamado la atención que, después de la toma de decisión de la Junta, sentí una profunda tristeza. Me fui a dormir preguntándome sobre qué indicaba ese sentimiento. En la mañana del jueves, en mis devociones matutinas, después de orar, le pedía al Señor me indicara exactamente qué hay en mi corazón. He llegado a algunas conclusiones:
a. Primero, amo estar con la congregación y, aunque todavía no había sucedido, ¡ya los estaba extrañando! Pensé sobre la posibilidad de que, uno de estos días, ya no pueda estar en una congregación. Entendí mejor lo que el salmista expresa en su depresión: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío” (Salmos 42:2-5).
b. Segundo, descubrí mi profunda dependencia de la comunidad de fe. Realmente nos necesitamos unos a otros. Oh sí, pudiera haber otros. Pero ahora mismo, ustedes son mis hermanos y hermanas. Ustedes son los medios de gracia para mi vida cristiana. Realmente nos necesitamos. Nuestro amor es real.c. Descubrí qué tan frágiles somos. Un virus puede ponernos en jaque. ¿No es maravilloso que todo este tiempo tú y yo hemos existido y hemos vivido como hermanos? Ciertamente Dios nos ama y nos protege.
9. Tercero, la iglesia primitiva alza su voz unánime para alabar a Dios. Su alabanza es una oración que hace temblar el lugar donde estaban congregados y ¡todos fueron llenos del Espíritu Santo! ¡Otra vez! ¡Cómo necesitamos ser llenos del Espíritu una y otra y otra vez! No podemos movernos ni un sólo centímetro espiritualmente hablando sin el poder del Espíritu.

Segunda Tarea Hacer algunas aplicaciones a la situación que vivimos

1. Así que, estas son algunas de las cosas que escucho de nuestro texto y que comparto con ustedes.
2. Primero, una crisis revela qué hay en nuestro corazón. No tenemos por qué desaprovechar una oportunidad como ésta. Tal vez no tendremos otra el resto de nuestra vida. Pero, ¿qué ha revelado que hay en tu corazón? Te invito a que reflexiones sobre aquello que surgió espontáneamente. ¿Temor? ¿Miedo? ¿Preocupación? ¿Pánico? ¿Confianza? Cualquiera que haya sido tu reacción, esa es. La revelación de la que has sido objeto es de suma importancia porque ahora podemos trabajar con nuestro corazón. Lo que queremos es que esté lleno del Espíritu Santo. Si no está, ¿no crees que necesitas ponerle remedio a esa deficiencia espiritual? Y si está, ¿no es tiempo de alabar a Dios?
3. Segundo, nuestra respuesta es también importante. Bien recuerdo lo que el presbítero Roberto Moreno me dijo en una ocasión: “Fredi, en las crisis tendemos a sacar el cobre”. Y es exactamente lo que había salido de mi corazón en aquella crisis. Me hizo reflexionar. Tomé medidas para cambiar el rumbo de mis acciones y ahora, ¡no me arrepiento de haber escuchado al hermano! ¿Qué ha sido nuestra respuesta? Durante estos días he escuchado una variedad de comentarios. Cada uno de ellos ha sido valioso precisamente porque revela qué estamos haciendo.
4. Recuerdo otra crisis en mi vida. Terminaba de leer un libro donde el maestro enseñaba a su aprendiz a convertirse de cazador en guerrero. Le dijo: “Un cazador eventualmente será cazado; un guerrero danza frente a su muerte. Eso lo hace un hombre de poder”. Unos días después estaba “danzando frente a la muerte”. Recuerdo muy bien mis pensamientos: “Fredi, tienes que portarte como cristiano. No puedes permitir que esto te derrumbe”. Gracias a Dios, esos pensamientos me dieron la luz a seguir. Igualmente, no me arrepiento de las decisiones que tomé y las cosas que hice. Creo que, en muchos sentidos, soy lo que soy como producto de aquellos momentos y las decisiones que siguieron.
5. Finalmente, la iglesia primitiva se volcó a la oración. En todo tiempo la iglesia necesita regresar a lo básico. Como el himno antiguo pregunta: “¿Recuerdas la última vez que al Señor, viniste con todas tus cargas?” Un tiempo de crisis nos obliga volver a Dios en oración, y cualquier cosa que nos haga buscar al Señor en oración, vale la pena.
6. Algunos se preguntarán si no tomamos una decisión demasiado apurados. Todavía pienso que no. La fe no es arrogancia. Los apóstoles no andaban buscando problemas; los problemas los buscaron a ellos. Ellos se dedicaron a predicar con denuedo la palabra de Dios. En otras palabras, cuando cumplimos nuestra misión Dios está con nosotros; cuando buscamos problemas, estamos solos.

Conclusión

1. Tendremos mucho de qué hablar en los días que vienen. Ya he escuchado mucho humor y visto mucho humor relacionado con lo que está sucediendo en México y el mundo. Qué bueno que podemos reírnos de lo que vivimos. Y creo que es una buena catarsis.
2. Pero tal vez otras respuestas sean más adecuadas. La gente a nuestro alrededor necesita escuchar lo que nuestro texto anuncia: “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). En tiempos de crisis la gente quiere un ancla: Jesucristo es nuestra esperanza (1 Timoteo 1:1). Y si nosotros buscamos al Señor en nuestra crisis, podemos testificar en primera persona.
3. Finalmente, confieso con alegría, verdaderamente nos necesitamos unos a otros. El día que estemos unidos cantando al Señor, apreciaré de una manera más profunda la comunidad de fe. Como Jacob le dijo a su hermano Esaú: “Vi tu rostro como el rostro de Dios”. Así te veré, mi hermano. Así te veré.

sábado, 2 de mayo de 2009

La Red Mundial (www)

1. Para empezar tu tiempo devocional lee: Proverbios 4:5-13
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2. Despues de haber leído el pasaje toma tiempo para leer esto:

Brewster Kahle tiene una visión para Internet. Sueña con el acceso universal a todo el conocimiento humano. En su calidad de Bibliotecario Digital y Director y Co-Fundador de Internet Archive, Kahle cree que sólo hemos comenzado a aprovechar el vasto potencial de Internet para cambiar y mejorar nuestro mundo. «Mi interés -dice- es formar la gran biblioteca . . . Ahora es técnicamente posible llegar a estar a la altura del sueño de la Biblioteca de Alejandría ». Él se refiere a una enorme cámara de escritos en el antiguo Egipto que se dice que albergaba el conocimiento de todo el mundo.
Pero conocimiento no es lo mismo que sabiduría. El rey Salomón era un hombre de vasto conocimiento (1 Reyes 4:29-34). En sus mejores momentos, usaba la capacidad que le había sido dada por Dios para recopilar información y profundo conocimiento de cada aspecto de la vida. Sin embargo, en aquellos momentos en que bajó la guardia, mostró que todo el conocimiento del mundo no puede impedir que una persona se aleje del propósito de la vida (Ec. 1:16-18). A pesar de su conocimiento, Salomón se casó con muchas mujeres, en su vejez, construyó altares a los dioses de ellas (1 Reyes 11:1-11). Su estupidez finalmente le llevó a su caída.
La sabiduría es la aplicación del conocimiento. No quedes atrapado en una red de conocimiento sin la verdadera sabiduría que viene del temor del Señor (Prov. 1:7; 9:10). -MRD

Texto para memorizar: Y yo vi que la sabiduría sobrepasa a la insensatez, como la luz a las tinieblas. -Eclesiastés 2:13

3. Haz una oración.

4. Escribe tus comentarios. Recuerda tachar donde dice anonimo.