martes, 31 de marzo de 2009

¿Le importa a Dios?

LEA: Marcos 14:32-42
_________________

En un terrible año, tres de mis amigos murieron rápidamente uno tras otro. Mi experiencia con las dos primeras muertes no contribuyó para nada en prepararme para la tercera. Apenas si podía hacer otra cosa que no fuera llorar.
Encuentro extrañamente consolador el hecho de que Jesús respondió de una manera muy parecida a la mía cuando enfrentó el dolor. Me consuela saber que Él lloró cuando Su amigo Lázaro murió (Juan 11:32-36). Eso me da una revelación asombrosa de cómo debió haberse sentido Dios con respecto a mis amigos, a quienes Él también amaba.
Y en el huerto la noche antes de Su crucifixión, Jesús no oró: «Oh, Señor, estoy tan agradecido de que me hayas escogido para sufrir en Tu nombre». No, Él experimentó dolor, temor, abandono, incluso desesperación. El libro de Hebreos nos dice que Jesús rogó «con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte» (5:7). Pero no fue salvado de la muerte.
Es demasiado decir que Jesús mismo hizo la pregunta que nos angustia: ¿Le importa a Dios? ¿Qué otra cosa pueden significar Sus palabras en ese oscuro salmo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»? (Salmo 22:1; Marcos 15:34).
Jesús soportó Su dolor porque sabía que Su Padre es un Dios de amor en quien se puede confiar sin importar cómo se presenten las circunstancias. Demostró con fe que la respuesta final a la pregunta ¿Le importa a Dios? es un rotundo ¡Sí!

__________________________________________________
Tomado de Nuestro Pan Diario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto que estás diciendo me provoca el pensamiento de un libro que estoy leyendo... el autor busca la manera de explicar por qué los niños y los adolescentes (incluso los adultos)sientes temor y tristeza y procura dar algunas respuestas prácticas... pero estos son sentimientos muy válidos, humanos y que nos ayuda a identificarnos con nuestro Señor Jesús.
Me encanta tener presente que es un Dios a quien sí le importa cada uno de nuestros momentos y los sentimientos que estos producen... Bendiciones.